Los Amigos Invisibles tienen muy claro algo: si supieran hacer reguetón, hoy serían millonarios. Hace más de 20 años, cuando comenzaron su carrera musical en Caracas, su mayor dificultad era buscar un lugar donde tocar. Y ni hablar de viajar a otro país. Antes del 2000, la música latina era ninguneada fuera del mundo hispano.

“Es una lástima que no se nos dé natural hacer música urbana porque hoy nadando en dinero”, bromea José Torres Catire, cofundador de esta banda venezolana que ha mezclado, como pocas, el sabor latino con el groove funky. Un coctel que no fue muy popular hace dos décadas, pero que, con el tiempo, se ha ido colando en diferentes géneros, desde el jazz fusión o la electrónica hasta el pop rock.

En conferencia de prensa a propósito del concierto que darán el próximo 15 de diciembre en el Pepsi Center de la Ciudad de México, José reconoce que el público de Los Amigos Invisibles ha cambiado: ahora son más mujeres y de edades más jóvenes. No sabe muy bien a qué se deba, pero desde 2009, cuando la banda lanzó su sencillo Puras mentiras, la fama del grupo ascendió estrepitosamente.

“(Cuando empezamos en la música) no existía posibilidad de que un americano o una americana pudiera cantar una frase en español más larga que Livin’ la vida loca (de Ricky Martin)”, recuerda José. “Por eso, ver que ahorita todos los artistas anglo tienen su parte en español en sus canciones, nos sorprende. La dictadura de la música anglosajona se rebajó un poco porque la gente se ha abierto a otras posibilidades”.

Sin embargo, Los Amigos Invisibles reconocen que entre sus intereses no está incursionar en el reguetón. Ellos, dicen, seguirán firmes en su apuesta por canciones funky que partan de una esencia latina bailable y “gozadera”.

 

La industria (de la música en español) pasa la página, pero nosotros seguimos tercos a ver si algún día ponemos a los gringos a cantar”, comenta Torres.

Julio Briceño, el otro fundador de la agrupación, asegura que el rumbo del grupo no cambiará como sí ha sucedido en otras bandas, que se volvieron más introspectivas tras más de 18 meses de confinamiento.

“Nunca hemos tenido letras muy profundas, nuestras canciones están encaminadas a pasarla bien. De hecho, en el próximo disco habrá mucho romance, pasión, gozadera y baile. Y una canción con una letra muy punk que se llama Gimme your money, comparte el compositor, quien reconoce que la pandemia lo trastocó a un nivel tan personal que decidió trabajar como cargador y como conductor de Uber en Miami porque “necesitaba sentirme cansado físicamente, ya no podía dormir”. Sin embargo, no, no piensan caer en el lugar común de hacer una canción sobre la pandemia.

Fuente: El Sol De Puebla

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